Ayer fue realmente un día bastante triste, recibí durante la mañana una
llamada de mi prima que entre sollozos y lágrimas me daba la mala noticia de
que Carlos había fallecido, me llevo alguno minutos tragarme la idea, lo había
visto por última vez durante las fiestas de año nuevo y probablemente no
platicamos como en antaño lo hubiéramos echo, escribo esto más como una pequeña
parte de su vida vista desde mis inexpertos ojos que como un desahogo, pero me
siento con la necesidad de contar un poco más de él, y la historia sería un
tanto así:
Mis primeras memorias siempre me han llevado a recordar a Carlos como una
persona soñadora, poeta, artista y un poco más loco de lo normal, era una de
aquellas personas que vinieron a este mundo para enseñarnos un poco de humildad
y de lo mundanos que llegamos a ser, siempre fue un tipo separado de los bienes
materiales, que si bien siempre creí que le hacían algo de falta, nunca se preocupó
por realmente "tener cosas" o lo que juzgamos como tener pertenencias
básicas o que todo mundo debería de tener.
Recuerdo muy bien su gran apego y generosidad a las personas, realmente era
una persona que se podía quitar el pan de la boca por alguien que probablemente
ni siquiera lo hubiera necesitado tanto como él, pero era parte de su encanto,
siempre apoyo mucho a su hermana (mi abuela) y estaba para todos cuando alguien
necesitaba algo de él, pero como bien dije era un gran artista, tuve la
oportunidad de tener algunas de sus piezas de madera, juguetes hechos con
material desechable u otros, recuerdo haber tenido un búho que había hecho, una
pieza increíblemente bella, al menos para el juzgar de un niño de 7 u 8 años,
pero sus encantos no terminaban ahí, era un gran poeta, recitaba poemas casi
sobre cualquier cosa y tenía una caligrafía impecable, pero su singular forma
de ser también pesaba de algunas cosas que a la mayoría no agradaba y a algunos
era demasiado complicado entender o soportar, con los años se fue preocupando
cada vez menos de su apariencia personal por lo cual no era complicado tacharlo
de pordiosero, pero no quiero hablar sobre ese detalle que probablemente peso más
en su vida que lo que debió realmente haber pesado.
No quiero recordarlo como un hombre que se ganaba la vida en la calle
recolectando dinero de bus en bus, que probablemente era fácilmente confundido
con un vagabundo y que vivió muy solitario por que imagino que nunca encontró a
su alma gemela en esta vida, era realmente un poeta consumado, habiendo logrado
algunas menciones en los juegos florales e incluso que uno de sus poemas
apareciera en una de las ediciones, que su carácter noble y cariñoso fue su
máximo exponente de reconocimiento, que aun en su pobreza y dificultades
siempre fue un hermano y hacía acto de presencia para sus consanguíneos.
Recuerdo también que durante su vida probablemente haya alcanzado más
reconocimiento público que lo que muchos desean y nunca lo busco, ganando un
concurso de poemas por un hermoso escrito que le regalo a mi hermana para su
primera comunión, también alguna vez su estado mental lo llevo a aparecer en
una columna por que un periodista ignorante hablaba de el al haberlo visto deteniendo
sobre su bicicleta en una esquina recitándole poemas a un escultural maniquí de
mujer, pero más gracioso aun cuando en este mismo medio escrito apareció
nuevamente por la novedad de que el hombre vendía poemas en los ruleteros de la
ciudad y se viralizo por la internet por que en una sociedad como la nuestra es
muy complicado salir y ganarse la vida y es realmente admirable ver como un
hombre con ganas de dar a conocer su talento logra tocar el corazón de al menos
unos pocos que le compraban de buena gana uno que otro poema y así el pudiera
tener para sus frijolitos.
Sin duda alguna Carlos siempre fue y será para mí el ejemplo perfecto del
dicho que dice "de músico, poeta y loco, todos tenemos un poco".
Hasta pronto querido Carlos, ahora te toca recitar poemas en el cielo.