jueves, 19 de septiembre de 2013

CronicasDeFlare03

CRÓNICAS DE FLARE: La historia del viejo juglar.

Ese preciso momento, si aquel que se plasma en mi mente, la belleza que toma forma en los movimientos de ese viejo audaz con el Laúd, la música que interpreta, es demasiado bella, simplemente demasiado bello para dejarse llevar por el, su rostro muestra la dificultad para llegar a la armonía de la pieza, es para mi una total obra maestra.

Al terminar la pieza el juglar recoge sus cosas, también aquel sombrero en el suelo que espera tener la suficientes monedas para vivir un día mas haciendo lo que tanto ama, la gente en la plaza aplaude con gran gusto, no se aceptaría nada menos de tan afable sonido, que me ha hecho soñar despierto durante todo lo que ha durado, es como querer vivir escuchando ese mágico Laúd.

Espero que las demás personas se dispersen un poco, me acerco al viejo juglar y le expreso con las palabras mas simples "increíble y magnifica sinfonía, muy pocos hombres podrían hacer con un instrumento lo que el ha logrado", me responde con un gesto de cortesía, "le invito a comer en la taberna, tal ves una o dos bebidas, licor de hormiga o la cerveza de la casa" y el juglar se ve bastante feliz de aceptar.

Luego de varias bebidas y casi habernos comido medio cerdo o al menos eso pensé, el viejo juglar se puso un poco mas serio, empezó a hacerme algunas preguntas un tanto infrecuentes, cuestiones como de donde vengo o que hago en Berthel, notaba en el una mirada igual de penetrante como la mía, pero parecía mucho mas sabio, estuvo callado un tiempo y luego de verme a los ojos por algunos segundos que me parecieron eternos empezó a relatarme una historia...

<< Era joven aún cuando el reino se vio asediado por los trolls, Alecaf era ya la ultima ciudad humana que resistía, el reino de Anjera edificaba aún la puerta de guerra y algunas personas aún de estirpe de Grifo vivían en los alrededores del nido, es bien sabido actualmente toda la familia real de Anjera provienen de la estirpe del Grifo, de una sola de sus casas, dado que todas las casas se extinguieron en el nido cuando la catástrofe sucedió y el heredero al trono era aún muy pequeño para recordar una guerra muy lejos de su reino, Anjera, en esos días se temía mucho por la vida, los trolls destruían los campos  y asolaban las rutas comerciales, nada podía salir del bosque y los trolls mermaban poco a poco nuestra muralla natural, en aquel entonces se le conocía como el bosque de los gigantes, que esta al norte de esta ciudad, mucha gente venia a Alecaf y cada vez habían menos recursos, menos trabajo, todo empezó a mermar.

En aquellos días me encontraba con Agini mi esposa, ella tenia una melodiosa voz y yo era bueno con el Laúd, ambos nos divertíamos haciendo lo nuestro, pero poco a poco todo empeoro en el pueblo, uno de los sabios regentes de Alecaf nos contrato para tocar todas las noches en la plaza central del lugar el creía que la voz de Agini era misteriosamente mágica, podía traer paz a los corazones de hombres y bestias.

Algunas semanas después de nuestro nuevo trabajo un troll logro pasar la muralla, al parecer era mas fuerte y fiero que los demás, los pocos guardias del pueblo poco pudieron lograr contra el, destruyo algunas manzanas de casas antes de que se le pudiera detener, al llegar a la plaza central se encamino con injundia directamente hacia  un albergue echo solo para niños pequeños, en el cual nos encontrábamos, acostumbrábamos a pasar las mañanas ahí para llevar algo de alegría a aquellos pequeños que habían perdido a sus familiares en los ataques de los trolls o simplemente hijos de soldados, fue horrible ver como nadie podía detenerlo, al casi llegar al albergue habíamos logrado sacar a la mitad de los niños pero eran demasiados, trataba de cargar a cuantos podía y los llevaba a la puerta trasera, pero por un momento perdí de vista a Agini, cuando regrese la vista desde el fondo de albergue, ahí estaba ella, parada frente a la puerta con unos niños detrás de ella y el sucio troll por aplastarla, pero un milagro sucedió, Agini empezó a cantar, cantar como nunca y su melodiosa voz lleno todo el ambiente, yo corría hacía ella, pero el troll se había detenido, por alguna extraña razón, el troll había quedado paralizado, simplemente no se movía, llegue hacia ella y no paraba de cantar, saque a los niños, pero ella seguía cantando, la gente se empezó a aglomerar cerca de la bestia, y esta ni se inmutaba, había caído en un letargo increíble, varios minutos después llegaron los guardias, fuertemente armados, al ver la situación nos dispusimos a matar al troll de una vez por todas, varios guardias empujaron una pesada alabarda contra el pecho del troll, y otros lograron degollarlo, al momento del golpe lo que todos esperábamos, el troll salio del trance y logro aun así matar a los guardias que sujetaban la lanza, dio pelea hasta caer muerto, Agini estaba callada, nerviosa y sorprendida, la gente al igual que yo... también.

Varios días después Agini me obligo a hacer una locura, entramos al bosque y gracias a los contactos con el regente logramos que nos asignaran dos guardias, esa tarde nos encaminamos hacia el bosque, todos estábamos nerviosos excepto Agini, vimos a lo lejos un jabalí muy grande y ella se acerco sin miedo, cuando la bestia la embistió esta se detuvo al escuchar el canto de Agini, así que todo era un experimento, tenia que saber que había sucedido y había funcionado, la voz de Agini, doblegaba la voluntad de las bestias, durante un año y un poco mas, logramos detener el ataque de al menos 15 trolls, Agini se había ganado el apodo de "susurro de la muerte", "protectora de Alecaf", "Heraldo de los dioses" entre otros, con ese tiempo también nos dimos cuenta que su voz mas mis tonadas tenían efectos mas fuertes en las bestias, habíamos descubierto magia en la música y el canto, al menos mantuvimos a salvo Alecaf durante mucho tiempo.

Dos primaveras después de mantener a salvo el pueblo, la economía, recursos y el ejercito se había recuperado o incluso mejorado, nos habíamos vuelto una ciudad muy comercial y fructífera y los restos de los trolls también habrían el mercado, su dura piel, sangre y otras cosas llamaban la atención de sabios, magos y hechiceros de los lugares mas lejanos, habíamos logrado amasar una pequeña fortuna y todo iba bien, nuestro amor crecía y yo la amaba y admiraba tanto, que muchas veces no solo dejaba perplejos a las bestias, sino también a quienes la acompañábamos.

Una noche algunos de los guardias y vigiás del otro lado del bosque llegaron con muy malas nuevas, al parecer el líder del clan de los trolls era ahora un poderoso Chaman, que había unido a los clanes, los había unido en una macabra batalla contra nosotros, esta vez tenía mas cerebro y lo primero que mando a hacer fue a talar todos los arboles del bosque que nos protegía de ellos, no había tiempo que perder, no podíamos esperarlos, teníamos que atacar y esta vez Agini estaba de nuestro lado, viajamos dentro del bosque al rededor de 3 días, generalmente pasaba mas tiempo, pero los trolls trabajaban día y noche, al llegar no escatimamos en recursos, aprovechamos la oscuridad y atacamos con todo, no sabíamos aún que los trolls eran mas diestros durante la noche, por lo mismo los trolls parecían listos para un ataque, era mucho mas difícil controlarlos así las bajas se daban de ambos lados, así que durante la noche nos dimos a la retirada. 
Durante la mañana seguimos contra el asedio, nosotros lográbamos controlar el temperamento troll y nuestros guerreros acababan con ellos, algunos daban mas resistencia, los trolls acababan rápidamente con nuestros hombres de lograrlos alcanzar, otros 10 guardias y yo protegíamos a Agini de los ataques trolls, yo también había aprendido un par de trucos, así que los utilice con todo, para el amanecer del segundo día habíamos logrado acabar con mas trolls de los que habíamos vencido durante todo un año, pero también perdimos muchos hombres, entrenados y diestros en el arte de matar trolls.
Al tercer día, luego de utilizar el bosque para cubrirnos y dificultar el avance troll, Agini y yo estábamos totalmente exhaustos, Agini casi no tenia voz y yo los dedos estaban cortados de tanto utilizar el Laúd, algunos de avanzada nos indicaban que no había señales del Troll Chaman por ningún lado, pero que aun así las labores de los trolls no se habían detenido y quedaban varios en el borde norte del bosque, solo quedábamos al rededor de 20 hombres y Agini, el comandante ordeno retroceder para conseguir mas hombres en el pueblo, de seguir con nuestra estrategia podríamos acabar con todos en un segundo ataque, pero algunas veces no se puede subestimar a las bestias, y unos kilómetros mas adelante, nos sorprendieron 3 trolls, 2 de ellos eran bastante pequeños en comparación a los que estábamos acostumbrados a ver, pero uno de ellos se mostraba en todo sentido muy diferente, incluso aún no se si es mi imaginación pero me pareció escucharlo maldecirnos en común, lamentablemente fue suficiente su ataque sorpresa, acabaron con todos los hombres, el capitán logro vencer a uno pelando casi que cuerpo a cuerpo, tome a Agini del brazo y corrimos por el bosque, no tenia mucha idea, pero lo importante era salir de ahí.
Varios minutos después de correr llegamos a un claro, donde bebían algunos ciervos, apresure a Agini a sortear el riachuelo que pasaba por ahí, pero fue demasiado tarde, un troll me había golpeado con la palma de su brazo y había quedado varios metros lejos de ahí, Agini corrió hacía mi y canto, su canto fue tan hermoso, los animales del bosque estaban estupefactos y los trolls habían detenido su ataque, pero el Chaman logro acertar una patada a Agini con la cual la cayo totalmente, corrí hacia ella, me incline de frente a ella y toque mi Laúd, con todas las fuerzas que pude, con todo el arte, con todo el sentimiento y los trolls se detuvieron, el troll pequeño empezó a reaccionar de diferentes formas, probé con varios cantos hasta que toque una vieja melodía que hablaba sobre las proezas de la casa Luminare, ahí fue cuando este callo desfallecido, sin moverse, parecía que funcionaba también con el Chaman, pero justo cuando callo de rodillas las cuerdas de mi Laúd reventaron y el troll salio de su trance, me di la vuelta y trate de cargar a Agini, cuando abrió los ojos, sentí sus pies empujándome uno o dos metros lejos de ella, que fue lo suficiente para alejarme del momento en el que el troll la había aplastado con su mazo, ahí estaba tendido yo, sin Laúd, sin el amor de mi vida, frente a un asqueroso troll que estaba a punto de tomarme de aperitivo, sin esperanza alguna, solo me recosté y vi como alzaba su mazo contra mi, no tenia nada mas por que vivir, así que simplemente lo acepte.
En ese justo momento vi como un tierno ciervo se acerco a mi, mientras caminaba tomaba la forma de una bella mujer, de piel verde, al tomar toda su forma no tuve dudas, era Hexapak, la Diosa de la naturaleza, frente a ella el Chaman no tuvo oportunidad, automáticamente se convirtió en piedra, ella paso sobre mi con una sonrisa desinteresada y se encamino hacía Agini, que yacía a pocos metros de mi, la tomo de la mano y la levanto, como si nada hubiera pasado, pero mas reluciente y tan hermosa, sin cicatrices ni marcas, incluso sus ropas resplandecían, Agini se acerco a mi, me ayudo a incorporarme y me dio un tierno beso, fue cuando dijo: "Sarlox, has sido el mejor compañero de vida que pudiera haber deseado, te amo incansablemente y espero que me sigas amando de la misma forma que hasta hoy lo has echo, vive y se feliz Sarlox, por que cuando llegue tu momento te esperare con los brazos abiertos y lagrimas en los ojos para vivir una nueva aventura juntos, te amo", se despidió con un profundo beso y aunque la tome para no dejarla ir, se desvaneció entre mis brazos, estaba hundido en tristeza y caí de rodillas llorando, no recordaba que la gran Hexapak estaba frente a mi, viéndome con una mirada tierna, se acerco hacía mi y me dijo: "vive bien Sarlox, por que Agini ha sido llamada para tocar entre los dioses y alguna vez tu también lo harás, no tengas miedo que yo te acompañare de cerca por tu sacrificio, o Sarlox interesantes criaturas son ustedes los humanos, ve y vive en grande y complace los oídos de los hombres hasta que seas llamado al lado de tu bella Agini para que ambos nos deleiten a nosotros".>>

No cabe duda que pase horas llorando de rodillas su perdida, luego cuando ya no tenia lagrimas, tome fuerzas y la cargue hasta llegar de nuevo a Alecaf, Agini junto a los demás soldados fueron enterrados como héroes y aún hay algunas estatuas de ella por la ciudad, la llaman "LA VOZ DE HEXAPAK", dicen que en los últimos días de verano se logra escuchar en el viento su hermosa voz cantando, de igual forma el bosque fue llamado el bosque impenetrable, hasta el día de hoy, cualquier troll que intente pasar se convierte en piedra, se dice que Hexapak mora en estos bosques y que si tienes mucha suerte la puedes ver.

Antes de irse, Sarlox se despidió diciéndome "Joven flare, ha sido un gusto contarte esta historia, tus ojos me dicen que hay mas de ti de lo que tu mismo sabes, gracias por haber escuchado los cuentos de un anciano, pero es hora que me retire, el sueño cae ya sobre mis viejos huesos", me ofrecí a acompañarlo pero me dijo que tenia que pensar, así que simplemente no insistí, lo vi salir por la puerta y mientras tomaba otro trago de licor de hormiga, vi salir a un chica de muy buen aspecto, que se retiro la capucha antes de salir, su rostro era verdoso y sus ojos acaramelados brillaban a la luz de las velas, solo me sonrío con cierta picardia y salio, bastante confundido quede, creí haber visto a Hexapak o simplemente se me subió el licor de hormiga a la cabeza.

Durante la mañana llegue a un pequeño monumento y me llamo la atención la figura y la leyenda, "Alecaf, la ciudad de Hexpak y su voz Agini". Era un hermoso busto, pero mas aún me llamo la atención, que todo eso había sucedido hacia poco mas de 80 años, el viejo Sarlox debe haber sufrido mucho tiempo.

Para mi sorpresa, al llegar a la plaza central me encontré con que el regente y el sacerdote de la plaza amenizaban un tipo de despedida para un héroe que había fallecido durante la madrugada, algo me llamo la atención y simplemente me acerque, en el féretro estaba el, el viejo Sarlox, el hombre de las melodías que hasta a los dioses agradaban y por fin, estaba de nuevo con su amada, me imagino abrazándola y a ambos con lagrimas en los ojos, una escena ... simplemente bella. Me acerque al féretro y susurre a su oído, "ve con ella viejo, ve".